viernes, 23 de diciembre de 2011

Literatura de izquierda --- Damián Tabarovsky

"...Mientras que el mercado y la academia escriben a favor de sus convenciones, la literatura que me interesa -la literatura de izquierda- sospecha de toda convención, incluidas las propias. No busca inaugurar un nuevo paradigma, sino poner en cuestión la idea misma de paradigma, la idea misma de orden literario, cualquiera sea ese orden. Es una literatura que escribe siempre pensando en el afuera, pero en un afuera que no es real; ese afuera no es público, la crítica, la circulación, la posteridad, la tesis de doctorado, la sociología de la recepción, la contratapa, la palmadita en el hombro. Ese afuera ni siquiera es la tradición, la angustia de las influencias, otros libros. No. Ese afuera convencional está vedado para la literatura de izquierda, porque la literatura de izquierda está escrita por el escritor sin público, por el escritor que escribe para nadie, en nombre de nadie, sin otra red que el deseo loco de la novedad. Esa literatura no se dirige al público: se dirige al lenguaje..." (pág. 15).

martes, 8 de noviembre de 2011

Égloga I --- Garcilaso de la Vega

  El dulce lamentar de dos pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de contar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,                   5
(de pacer olvidadas) escuchando.
Tú, que ganaste obrando
un nombre en todo el mundo
y un grado sin segundo,
agora estés atento sólo y dado                     10
el ínclito gobierno del estado
Albano; agora vuelto a la otra parte,
resplandeciente, armado,
representando en tierra el fiero Marte;
                                                 
  agora de cuidados enojosos                       15
y de negocios libre, por ventura
andes a caza, el monte fatigando
en ardiente jinete, que apresura
el curso tras los ciervos temerosos,
que en vano su morir van dilatando;                20
espera, que en tornando
a ser restituido
al ocio ya perdido,
luego verás ejercitar mi pluma
por la infinita innumerable suma                   25
de tus virtudes y famosas obras,
antes que me consuma,
faltando a ti, que a todo el mondo sobras.

  En tanto que este tiempo que adivino
viene a sacarme de la deuda un día,                30
que se debe a tu fama y a tu gloria
(que es deuda general, no sólo mía,
mas de cualquier ingenio peregrino
que celebra lo digno de memoria),
el árbol de victoria,                              35
que ciñe estrechamente
tu gloriosa frente,
dé lugar a la hiedra que se planta
debajo de tu sombra, y se levanta
poco a poco, arrimada a tus loores;                40
y en cuanto esto se canta,
escucha tú el cantar de mis pastores.
 
  Saliendo de las ondas encendido,
rayaba de los montes al altura
el sol, cuando Salicio, recostado                  45
al pie de un alta haya en la verdura,
por donde un agua clara con sonido
atravesaba el fresco y verde prado,
él, con canto acordado
al rumor que sonaba,                               50
del agua que pasaba,
se quejaba tan dulce y blandamente
como si no estuviera de allí ausente
la que de su dolor culpa tenía;
y así, como presente,                              55
razonando con ella, le decía:

Salicio:

  ¡Oh más dura que mármol a mis quejas,
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!,
estoy muriendo, y aún la vida temo;                60
témola con razón, pues tú me dejas,
que no hay, sin ti, el vivir para qué sea.
Vergüenza he que me vea
ninguno en tal estado,
de ti desamparado,                                 65
y de mí mismo yo me corro agora.
¿De un alma te desdeñas ser señora,
donde siempre moraste, no pudiendo
de ella salir un hora?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.              70

  El sol tiende los rayos de su lumbre
por montes y por valles, despertando
las aves y animales y la gente:
cuál por el aire claro va volando,
cuál por el verde valle o alta cumbre              75
paciendo va segura y libremente,
cuál con el sol presente
va de nuevo al oficio,
y al usado ejercicio
do su natura o menester le inclina,                80
siempre está en llanto esta ánima mezquina,
cuando la sombra el mondo va cubriendo,
o la luz se avecina.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

  ¿Y tú, de esta mi vida ya olvidada,              85
sin mostrar un pequeño sentimiento
de que por ti Salicio triste muera,
dejas llevar (¡desconocida!) al viento
el amor y la fe que ser guardada
eternamente sólo a mí debiera?                     90
¡Oh Dios!, ¿por qué siquiera,
(pues ves desde tu altura
esta falsa perjura
causar la muerte de un estrecho amigo)
no recibe del cielo algún castigo?                 95
Si en pago del amor yo estoy muriendo,
¿qué hará el enemigo?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

  Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento                100
del solitario monte me agradaba;
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
¡Ay, cuánto me engañaba!                           105
¡Ay, cuán diferente era
y cuán de otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía!
Bien claro con su voz me lo decía
la siniestra corneja, repitiendo                   110
la desventura mía.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

  ¡Cuántas veces, durmiendo en la floresta,
(reputándolo yo por desvarío)
vi mi mal entre sueños, desdichado!                115
Soñaba que en el tiempo del estío
llevaba, por pasar allí la sienta,
a beber en el Tajo mi ganado;
y después de llegado,
sin saber de cuál arte,                            120
por desusada parte
y por nuevo camino el agua se iba;
ardiendo yo con la calor estiva,
el curso enajenado iba siguiendo
del agua fugitiva.                                 125
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

  Tu dulce habla ¿en cúya oreja suena?
Tus claros ojos ¿a quién los volviste?
¿Por quién tan sin respeto me trocaste?
Tu quebrantada fe ¿dó la pusiste?                  130
¿Cuál es el cuello que, como en cadena,
de tus hermosos brazos anudaste?
No hay corazón que baste,
aunque fuese de piedra,
viendo mi amada hiedra,                            135
de mí arrancada, en otro muro asida,
y mi parra en otro olmo entretejida,
que no se esté con llanto deshaciendo
hasta acabar la vida.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.              140

  ¿Qué no se esperará de aquí adelante,
por difícil que sea y por incierto?
O ¿qué discordia no será juntada?,
y juntamente ¿qué tendrá por cierto,
o qué de hoy más no temerá el amante,              145
siendo a todo materia por ti dada?
Cuando tú enajenada
de mi cuidado fuiste,
notable causa diste,
y ejemplo a todos cuantos cubre el cielo,          150
que el más seguro tema con recelo
perder lo que estuviere poseyendo.
Salid fuera sin duelo,
salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

  Materia diste al mundo de esperanza              155
de alcanzar lo imposible y no pensado,
y de hacer juntar lo diferente,
dando a quien diste el corazón malvado,
quitándolo de mí con tal mudanza
que siempre sonará de gente en gente.              160
La cordera paciente
con el lobo hambriento
hará su ayuntamiento,
y con las simples aves sin ruido
harán las bravas sierpes ya su nido;               165
que mayor diferencia comprendo
de ti al que has escogido.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

  Siempre de nueva leche en el verano
y en el invierno abundo; en mi majada              170
la manteca y el queso está sobrado;
de mi cantar, pues, yo te vi agradada
tanto que no pudiera el mantuano
Títiro ser de ti más alabado.
No soy, pues, bien mirado,                         175
tan disforme ni feo;
que aún agora me veo
en esta agua que corre clara y pura,
y cierto no trocara mi figura
con ese que de mí se está riendo;                  180
¡trocara mi ventura!
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

  ¿Cómo te vine en tanto menosprecio?
¿Cómo te fui tan presto aborrecible?
¿Cómo te faltó en mí el conocimiento?              185
Si no tuvieras condición terrible,
siempre fuera tenido de ti en precio,
y no viera de ti este apartamiento.
¿No sabes que sin cuento
buscan en el estío                                 190
mis ovejas el frío
de la sierra de Cuenca, y el gobierno
del abrigado Estremo en el invierno?
Mas ¡qué vale el tener, si derritiendo
me estoy en llanto eterno!                         195
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

  Con mi llorar las piedras enternecen
su natural dureza y la quebrantan;
los árboles parece que se inclinan:
las aves que me escuchan, cuando cantan,           200
con diferente voz se condolecen,
y mi morir cantando me adivinan.
Las fieras, que reclinan
su cuerpo fatigado,
dejan el sosegado                                  205
sueño por escuchar mi llanto triste.
Tú sola contra mí te endureciste,
los ojos aún siquiera no volviendo
a lo que tú hiciste.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.              210
  
  Mas ya que a socorrerme aquí no vienes,
no dejes el lugar que tanto amaste,
que bien podrás venir de mí segura;
yo dejaré el lugar do me dejaste;                
ven, si por sólo esto te detienes;                 215
ves aquí un prado lleno de verdura,
ves aquí una espesura,
ves aquí una agua clara,
en otro tiempo cara,                             
a quien de ti con lágrimas me quejo.               220
Quizá aquí hallarás (pues yo me alejo)
al que todo mi bien quitarme puede;
que pues el bien le dejo,
no es mucho que el lugar también le quede.       

  Aquí dio fin a su cantar Salicio,                225
y suspirando en el postrero acento,
soltó de llanto una profunda vena.
Queriendo el monte al grave sentimiento
de aquel dolor en algo ser propicio,             
con la pesada voz retumba y suena.                 230
La blanca Filomena,
casi como dolida
y a compasión movida,
dulcemente responde al son lloroso.              
Lo que cantó tras esto Nemoroso                    235
decidlo vos Piérides, que tanto
no puedo yo, ni oso,
que siento enflaquecer mi débil canto.

Nemoroso:

  Corrientes aguas, puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,            240
verde prado, de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno:
yo me vi tan ajeno                                 245
del grave mal que siento,
que de puro contento
con vuestra soledad me recreaba,
donde con dulce sueño reposaba,
o con el pensamiento discurría                     250
por donde no hallaba
sino memorias llenas de alegría.

  Y en este mismo valle, donde agora
me entristezco y me canso, en el reposo
estuve ya contento y descansado.                   255
¡Oh bien caduco, vano y presuroso!
Acuérdome, durmiendo aquí alguna hora,
que despertando, a Elisa vi a mi lado.
¡Oh miserable hado!
¡Oh tela delicada,                                 260
antes de tiempo dada
a los agudos filos de la muerte!
Más convenible fuera aquesta suerte
a los cansados años de mi vida,
que es más que el hierro fuerte,                   265
pues no la ha quebrantado tu partida.

  ¿Dó están agora aquellos claros ojos
que llevaban tras sí, como colgada,
mi ánima doquier que ellos se volvían?
¿Dó está la blanca mano delicada,                  270
llena de vencimientos y despojos
que de mí mis sentidos le ofrecían?
Los cabellos que vían
con gran desprecio al oro,
como a menor tesoro,                               275
¿adónde están?  ¿Adónde el blando pecho?
¿Dó la columna que el dorado techo
con presunción graciosa sostenía?
Aquesto todo agora ya se encierra,
por desventura mía,                                280
en la fría, desierta y dura tierra.

  ¿Quién me dijera, Elisa, vida mía,
cuando en aqueste valle al fresco viento
andábamos cogiendo tiernas flores,
que había de ver con largo apartamiento            285
venir el triste y solitario día
que diese amargo fin a mis amores?
El cielo en mis dolores
cargó la mano tanto,
que a sempiterno llanto                            290
y a triste soledad me ha condenado;
y lo que siento más es verme atado
a la pesada vida y enojosa,
solo, desamparado,
ciego, sin lumbre, en cárcel tenebrosa.            295

  Después que nos dejaste, nunca pace
en hartura el ganado ya, ni acude
el campo al labrador con mano llena.
No hay bien que en mal no se convierta y mude:
la mala hierba al trigo ahoga, y nace              300
en lugar suyo la infelice avena;
la tierra, que de buena
gana nos producía
flores con que solía
quitar en sólo vellas mil enojos,                  305
produce agora en cambio estos abrojos,
ya de rigor de espinas intratable;
yo hago con mis ojos
crecer, llorando, el fruto miserable.

  Como al partir del sol la sombra crece,          310
y en cayendo su rayo se levanta
la negra escuridad que el mundo cubre,
de do viene el temor que nos espanta,
y la medrosa forma en que se ofrece
aquello que la noche nos encubre,                  315
hasta que el sol descubre
su luz pura y hermosa:
tal es la tenebrosa
noche de tu partir, en que he quedado
de sombra y de temor atormentado,                  320
hasta que muerte el tiempo determine
que a ver el deseado
sol de tu clara vista me encamine.

  Cual suele el ruiseñor con triste canto
quejarse, entre las hojas escondido,               325
del duro labrador, que cautamente
le despojó su caro y dulce nido
de los tiernos hijuelos, entre tanto
que del amado ramo estaba ausente,
y aquel dolor que siente                           330
con diferencia tanta
por la dulce garganta
despide, y a su canto el aire suena,
y la callada noche no refrena
su lamentable oficio y sus querellas,              335
trayendo de su pena
al cielo por testigo y las estrellas;

  desta manera suelto yo la rienda
a mi dolor, y así me quejo en vano
de la dureza de la muerte airada.                  340
Ella en mi corazón metió la mano,
y de allí me llevó mi dulce prenda,
que aquél era su nido y su morada.
¡Ay muerte arrebatada!
Por ti me estoy quejando                           345
al cielo y enojando
con importuno llanto al mundo todo:
tan desigual dolor no sufre modo.
No me podrán quitar el dolorido
sentir, si ya del todo                             350
primero no me quitan el sentido.

  Una parte guardé de tus cabellos,
Elisa, envueltos en un blanco paño,
que nunca de mi seno se me apartan;
descójolos, y de un dolor tamaño                   355
enternecerme siento, que sobre ellos
nunca mis ojos de llorar se hartan.
Sin que de allí se partan,
con sospiros calientes,
más que la llama ardientes,                        360
los enjugo del llanto, y de consuno
casi los paso y cuento uno a uno;
juntándolos, con un cordón los ato.
Tras esto el importuno
dolor me deja descansar un rato.                   365

  Mas luego a la memoria se me ofrece
aquella noche tenebrosa, escura,
que siempre aflige esta ánima mezquina
con la memoria de mi desventura
Verte presente agora me parece                     370
en aquel duro trance de Lucina,
y aquella voz divina,
con cuyo son y acentos
a los airados vientos
pudieras amansar, que agora es muda.               375
Me parece que oigo que a la cruda,
inexorable diosa demandabas
en aquel paso ayuda;
y tú, rústica diosa, ¿dónde estabas?

  ¿Ibate tanto en perseguir las fieras?            380
¿Ibate tanto en un pastor dormido?
¿Cosa pudo bastar a tal crüeza,
que, conmovida a compasión, oído
a los votos y lágrimas no dieras,
por no ver hecha tierra tal belleza,               385
o no ver la tristeza
en que tu Nemoroso
queda, que su reposo
era seguir tu oficio, persiguiendo
las fieras por los monte, y ofreciendo             390
a tus sagradas aras los despojos?
¿Y tú, ingrata, riendo
dejas morir mi bien ante los ojos?

  Divina Elisa, pues agora el cielo
con inmortales pies pisas y mides,                 395
y su mudanza ves, estando queda,
¿por qué de mí te olvidas y no pides
que se apresure el tiempo en que este velo
rompa del cuerpo, y verme libre pueda,
y en la tercera rueda,                             400
contigo mano a mano,
busquemos otro llano,
busquemos otros montes y otros ríos,
otros valles floridos y sombríos,
do descansar y siempre pueda verte                 405
ante los ojos míos,
sin miedo y sobresalto de perderte?

            ------

  Nunca pusieran fin al triste lloro
los pastores, ni fueran acabadas
las canciones que sólo el monte oía,               410
si mirando las nubes coloradas,
al tramontar del sol bordadas de oro,
no vieran que era ya pasado el día,
la sombra se veía
venir corriendo apriesa                            415
ya por la falda espesa
del altísimo monte, y recordando
ambos como de sueño, y acabando
el fugitivo sol, de luz escaso,
su ganado llevando,                                420
se fueran recogiendo paso a paso.

A Isabel Freyre, dama de la Infanta de Portugal.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Ni un rasguño

Tuve que decirlo, y tras el estampido de su mano contra la pared, no quedaba más opción que retirarme dignamente. El portazo fue lo suficientemente tenue como para sostener todo lo que en mi boca había sonado a resignación. En un abrir y cerrar de ojos, cinco años de silencios se convertían en un grito gélido. Cada mañana cuando se iba a trabajar, me había ocupado de invertir la estrategia de los primeros días. Poco a poco, fui cediendo terreno, lo último fue el cepillo de dientes, siempre tuve una obsesión con la higiene bucal, que quedó dentro del vasito agarrado a la pared hasta aquel sublime instante. Una y mil veces había imaginado cómo sería ese momento… su mirada, sus gestos y hasta sus reacciones encontradas por detenerme y dejarme escapar preso de un orgullo recalcitrante. Pero no hizo nada más que ese golpe seco en la pared. El portarretratos con nuestra foto, esa que hablaba de un recuerdo que ninguno de los dos había atesorado, cayó al suelo, pero a diferencia de lo que ameritaba la escena casi de película, quedó intacto, ni un rasguño. No volví a verlo. Esa desaparición abrupta despertó en mí una extraña curiosidad. Quizás la literalidad de mis palabras no había sido tal o quizás su real ausencia entendía menos de orgullo y más de desamor. Así pasaron años, cuerpos, besos, traiciones, y con el tiempo me convencí de que sólo una vez, aquella vez, había amado. Había algo de amor en el silencio y la resignación que sólo pude entender a la distancia.


viernes, 28 de octubre de 2011

Siempre me quedan las palabras de lápiz y papel, disueltas, difusas, perdidas entre pensamientos, para decir todo lo que no puedo, lo que se atraganta entre mi boca y mi pecho. 

jueves, 27 de octubre de 2011

Por esta vez

Duele la muerte, candente egoísmo,
espíritu liberado de cuerpo y mente,
verdes prados esperan tu alma piadosa, 
en llanto encarna la envidia del hombre.


Cuerpos que sobreviven, el momento
crucial esperan sin fe. No hay destino
mas que el paso a paso galopando
a fuego y sangre en nuestro corazón.


¿Lloramos la paz, la liberación, 
la culpa, el miedo, el olvido, el adiós?
¿O lloramos el egoísta deseo 
de darle cuerpo a lo que no muere?


Estás acá, te siento. Huelo el amoníaco 
en la vereda de tu casa merodeando.
No voy a ser egoísta, por esta vez,
no te voy a llorar. Descansa en paz.




A mi abuela Lidia, por su risa pícara y su expresiva mirada.

martes, 11 de octubre de 2011

Cuestión de Presupuesto


El presidente Comunardo De la Farsa, con una larga militancia y trayectoria en el A.P.A.T.R.I.A (Adoctrinado Partido Anti Tolerancia y Revolución Indignamente Adormecida), decidió erradicar las acusaciones de censura y  manipulación sobre las medidas llevadas a cabo por sus sucesivas gestiones durante los últimos 16 años de gobierno. Tras la disputa desatada en el recinto entre los diputados de la oposición, sobre todo a partir de la denuncia pública del líder de ARMASI,  Armando Matas, el mandatario promulgó a través de un Decreto de Necedad y Urgencia el "Día de la Libertad de Expresión del Pueblo de la Ciudad del Felpudo".
Mujeres y hombres de los pueblos más recónditos se hicieron eco de la novedad a través de la radio, donde periodistas oficialistas y opositores -porque la distinción entre serios, audaces, medio-pelo, ignorantes y estúpidos no basta- alabaron la providencia política de De la Farsa. Sin embargo, algunos descreyeron de la trascendencia del nuevo feriado puente como objetivo para promover el turismo de los vecinos de la Ciudad de Telpiso.
Finalmente, llegó aquel primer "Día de la Libertad de Expresión del Pueblo de la Ciudad del Felpudo". Los medios gráficos anunciaron en sus primeras planas el seguimiento de la jornada en 379.076 provincias de todo el mundo a través de las dos emisoras de radio habilitadas por el PAC (Panóptico Anti- Criticismo). La CNC (Cadena Nacional de Chatarra) firmó un contrato de exclusividad con el único canal de la Ciudad del Felpudo para transmitir en vivo y en directo en Farsalandia al primer ejecutor de la flamante medida por una módica suma de 100.000.000 de elogios de los más distinguidos presentadores durante la campaña electoral.
Por disposición del DNU del Ejecutivo, desde las 00.05 horas del 1 de noviembre hasta las 00.05 del 2 de noviembre todo ciudadano nacido o radicado en la Ciudad del Felpudo tiene por única vez en el corriente año y las siete décadas venideras el derecho de alzar su voz con total libertad, con obligación de no autocensurar ni evaluar su opinión literal o metafórica en relación al gobierno del presidente Comunardo De la Farsa en la Plaza de los Apáticos.
Las primeras siete horas transcurrieron en absoluta tranquilidad: no hubo cuellos de botella en las rutas provinciales y las calles permanecieron vacías hasta entrado el mediodía. Algunas familias aprovecharon el día libre para pasear y cerciorarse de la única expresión difundida hasta el momento en los medios locales: un enorme pasacalle que atravesaba la Plaza de los Apáticos desde la calesita hasta el sube-baja, donde podía leerse la leyenda "¡Gracias por tanto, De la Farsa!". 
Por su parte, el Presidente optó por resguardarse de la fiebre oficialista autoconvocada en la puerta de la Casa de Gobierno, orgulloso por el único mensaje de libre expresión y los emotivos cánticos de los militantes partidarios; aunque no faltaron funcionarios de ARMASI y el Partido de los Conar-Sonovetrain que acusaran a De la Farsa de una nueva, pero trillada movida clientelista. La CNC veía descender sus acciones en la Bolsa de Camer y locutores y periodistas improvisaban evidentes alargues para compensar su fallida previsión respecto de la jornada.
A las siete de la tarde mientras el sol se escondía y la temperatura descendía lentamente, los habitantes de la Ciudad del Felpudo comenzaron a llegar a la plaza, aunque un sorpresivo y hermético silencio sucumbía el espíritu liberador de la fecha. Los reporteros intentaban entre empujones y preguntas incisivamente inútiles obtener un testimonio. Nadie pronunció una sola palabra aquel primer "Día de la Libertad de Expresión del Pueblo de la Ciudad del Felpudo". Sin embargo, el gobierno de Comunardo De la Farsa definió la jornada como "productiva". "El silencio fue una clara muestra de conformidad por parte de nuestro querido pueblo. Esto deja claro que estamos haciendo bien las cosas y, por eso, nos siguen eligiendo democráticamente", confesó el Presidente, quien determinó un aumento del presupuesto destinado a la educación del 0,05 al 0,10 por ciento. "Fue una decisión unánime del recinto a partir de los errores gramaticales, ortográficos y de cultura general detectados en la jornada del 1 de noviembre", informó el Ejecutivo mediante un comunicado radial, en el que también precisó algunos de los mensajes que dieron origen a la noticiosa modificación.

"Comun pueblo ardo en la farsa"
"Comunardo es el rey de la farsa"
"Dime Comunardo y te diré la Farsa"
"Todo gracias a la farsa"
"Farsa al gobierno"
"El presidente es la farsa más grande que hay"
"Gracias a esta realidad De la Farsa"



sábado, 8 de octubre de 2011

Derrumbe emocional


Basta una palabra, un gesto diminuto como el lunar que se esconde en tu cuello, para estrujarme el corazón. Entonces me vuelvo escéptica: el mundo se convierte en un traicionero refugio y todas mis ilusiones se desvanecen en gotas de lluvia. Basta una palabra, un silencio breve como aquel segundo en que me encontré descubriéndote, para agazaparme nuevamente. Y entonces esa coraza que supiste roer con besos y caricias que no te pedí, pero anhelaba con un deseo ardiente desde el primer día, toma el alma y el cuerpo de un gigante alienado y solitario, envenenado y dulcemente violento, ya dispuesto para el ataque.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Revolución

En ese instante de silencioso bullicio, cuando boquiabiertos observan cada detalle y analizan cada palabra en profundidad, cuando una lúcida pregunta se dispara para calentarme el corazón, justo en ese instante el desequilibrio piaggetiano se hace palpable y por fin entiendo eso que algunos llaman revolución.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Dejarlo atrás

Espinas, plantas y pies,
dolores de mañanas
frío, soledad y ayer,
recuerdos sin memoria.

Dejarlo atrás,
dejarlo en el pasado
no fue dolor ni sangre,
dejarlo atrás.

Presente carcomido,
matando esperanzas
rosas, labios y miel,
fantasías sin razón.
 
Dejarlo atrás,
dejarlo en el pasado
no fue dolor ni sangre,
dejarlo atrás.



lunes, 12 de septiembre de 2011

Abulia



La abulia es la raíz y progenitora de todos los problemas que hacen de este mundo un lugar absolutamente contaminado, podrido. La excusa del no sé cómo hacerlo, no se me antoja y no tengo ganas frena cualquier iniciativa para poner en marcha ese cambio radical que necesitamos como sociedad, que soñamos por las noches cuando nuestras cabezas reposan sin calma antes de ir a dormir. La desigualdad y la pobreza, más todo lo que acarrean esas palabras repetidas hasta el cansancio ya sin sentido (la desnutrición en un país con ricas extensiones de campo, la falta de educación y de acceso a un servicio de salud digno, el sueño de un hogar propio y de un trabajo no esclavizador, el respeto por el prójimo), no son invencibles. Y la lucha no es alzar sin fundamentos la bandera de un partido político ni promover grandes proyectos que sólo llegan a los barrios y localidades donde hay que apuntalar al candidato de turno. La lucha es la voluntad de cada día, ese pequeño granito de arena que cada uno puede aportar desde su lugar, desde su humilde silla detrás de un consultorio médico o desde su humilde sillón delante del marco dorado del General Juan Domingo Perón. Poco a poco podemos crear un mundo mejor, igualitario, lleno de amor, respeto y bondad. Poco a poco podemos erradicar todos los males de la tierra, pero antes tenemos que eliminar la abulia. El gran problema es que también para eso necesitamos de ese impulso en extinción llamado voluntad. 

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Horas



Horas entre versos y espinas,
Horas muertas, dulces soledades.
Horas asechan minutos, matan,
Horas de tiempos que no volverán.

Y me preguntas si aún te quiero.
Y te pregunto qué ha cambiado.

Horas entre deseos y agonías,
Horas muertas, eternas fantasías.
Horas velan minutos a tu lado
corren, corren, siempre a tu lado.


FOTO: ROCÍO TROYÓN

martes, 6 de septiembre de 2011

Ojos de fuego --- a L.H



Desarmarme en vos,
en tus ojos de fuego,
en tus manos de seda
 despertar mi deseo.

Robarte el alma,
la vida en un beso
para desnudarte entre
palabras y versos.

Atar mis pies a tus pasos
para siempre enlazar
nuestros corazones.

¡Bendito amor que
acechas la locura
en tus brazos!

miércoles, 31 de agosto de 2011

La más bella niña --- Luis de Góngora (1580)

La más bella niña
de nuestro lugar,
hoy viuda y sola,
ayer por casar,
viendo que sus ojos
a la guerra van,
a su madre dice,
que escucha su mal:


No me pongáis freno
ni queráis culpar,
que lo uno es injusto,
lo otro por demás.
Si me queréis bien,
no me hagáis mal,
harto peor fuera
morir y callar,

Dejadme llorar
orillas del mar.


Dejadme llorar
orillas del mar.

Pues me distes, madre,
en tan tierna edad
tan corto el placer
tan largo el pesar,
y me cautivastes
de quien hoy se va
y lleva las llaves
de mi libertad,


Dulce madre mía,
¿quién no llorará,
aunque tenga el pecho
como un pedernal,
y no dará voces
viendo marchitar
los más verdes años
de mi mocedad?

Dejadme llorar
orillas del mar.

Dejadme llorar
orillas del mar.

En llorar conviertan
mis ojos, de hoy más,
el sabroso oficio
del dulce mirar,
pues que no se pueden
mejor ocupar,
yéndose a la guerra
quien era mi paz,


Váyanse las noches,
pues ido se han
los ojos que hacían
los míos velar;
váyanse y no vean
tanta soledad,
después que en mi lecho
sobra la mitad,

Dejadme llorar
orillas del mar.


Dejadme llorar
orillas del mar.

viernes, 12 de agosto de 2011

Más palabras --- a L.H


Me pedís que siga escribiendo, que la felicidad de nuestros días no opaque esa escritura que te deleita sólo porque aún no podés ver los defectos que se esconden en cada letra. Entonces me siento e intento recuperar el pulso y la inspiración, pero no hay palabras que describan el sabor de tu boca ni esa sensación de colgar de tus labios sin temor. De todos modos, lo intento una y otra vez, y vuelvo a caer en la monotonía de lo cursi, lo infantil, y me gusta porque ahora es diferente, real y eterno como siempre lo soñé.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Penales


El problema en la vida es siempre errarle por penales. Eso de estar a un paso de la meta y quebrarse la tibia y el peroné mientras el contrincante mira sobrador con una sonrisa de oreja a oreja es lo que me irrita, me exaspera. Porque la pierna me la arreglo en el quirófano en un par de días y unos meses de recuperación, pero esa espina clavada en la garganta que no me deja respirar no sale. Por el contrario, esa diminuta cosita que provoca una gran molestia se va inmiscuyendo cada vez más profundo hasta sellar un recuerdo espantoso de mi persona errándole a la vida por penales. Y no hablo de uno o dos, sino de penales consecutivos, de pateadas magistrales desde los siete metros que van a parar a Groenlandia. Menos mal que la vida no es más que un juego donde unos pocos creen que ganan, pero todos perdemos. ¡Qué hermosa frustración!

viernes, 29 de julio de 2011

René --- 29 de julio de 2000

Todos tenemos algo de René Favaloro en el corazón. Los valientes empezaron la lucha, los cobardes seguimos pensando cómo hacer para escapar.


martes, 26 de julio de 2011

Evita


      Recuerdo el día que le llevé aquel regalo como si fuera ayer. Mi vecino siempre fue un hombre especial, de unos setenta y pico de años, con el pelo blanco desde los cincuenta y una postura envidiable. Caminaba con la seguridad de quien sabe a dónde se dirige en cada paso, pero la seriedad de sus formas nunca logró esconder la calidez de su mirada. Aunque jamás se lo dije, él sentía ser el abuelo que siempre quise tener. Se fue sin haberme enseñado la gran biblioteca que escondía en el cuartito del patio de su casa, donde se encerraba a leer y hacer correcciones de libros de historia publicados por editoriales que se dejan llevar por el nombre del autor más que por sus letras. Pero me dejó sus palabras y su admiración por el peronismo.
     Aquel presente reflejaba lo hondo que habían calado cada una de las conversaciones que habíamos mantenido mientras jugaba a la periodista intrépida interrumpiendo la cotidianidad vecinal para investigar un pasado de años no vividos. Tomó el paquete sin esperar nada que pudiera sorprenderlo. Yo estaba entusiasmada, sabía que jamás imaginaría que en una feria hippie le había comprado ese detalle. Quería seguir escuchando sus historias, cada uno de sus recuerdos, y sabía que aquel regalo sería el disparador de cientos de momentos y referencias bibliográficas apasionantes.
-Rompa el papel, Raúl, dicen que da buena suerte- comenté ansiosa esperando su     aprobación. 
-¡Una taza de Evita!- masculló, y un velo de agua cubrió inmediatamente su mirada.
-Quería traerle una de Perón también, pero no había- dije al pasar para romper el silencio.
       Nunca llegó a abrazarme, me dio una suave palmada en el hombre y sonrió por primera vez mientras disimulaba esa lágrima que se escapaba por su mejilla.

miércoles, 20 de julio de 2011

Mis amigos --- Oscar Wilde

Escojo mis amigos no por la piel u otro arquetipo cualquiera, y sí por la pupila.
Tiene que tener un brillo cuestionador y una tonalidad inquietante.
A mi no me interesan los buenos de espíritu ni los malos de hábitos.
Me quedo con aquellos que hacen de mí un loco y un santo.
De ellos no quiero respuesta, quiero mi opuesto.
Que me traigan dudas y angustias y aguanten lo peor que hay en mí. Para eso, sigo siendo loco.
Los quiero santos, para que no duden de las diferencias y pidan perdón por las injusticias.
Escojo mis amigos por la cara lavada y por el alma expuesta.
No quiero solo el hombro o el regazo, quiero también la mayor de sus alegrías.
Amigo que no ríe con uno, no sabe sufrir con uno.
Mis amigos son todos así: mitad estupidez, mitad seriedad.
No quiero risas previsibles ni llantos piadosos.
Quiero amigos serios, de aquellos que hacen de la realidad su fuente de aprendizaje, pero luchan para que la fantasía no desaparezca.
No quiero amigos adultos ni aburridos. Los quiero mitad infancia y otra mitad vejez.
Niños, para que no olviden el valor del viento en el rostro y viejos, para que nunca tengan prisa.
Tengo amigos para saber quién soy yo.
Pues viéndolos locos y santos, bobos y serios, niños y viejos, nunca me olvidaré de que normalidad es una ilusión imbécil y estéril.

sábado, 16 de julio de 2011

Caminar en soledad por las calles empedradas de Humahuaca y 
respirar el sol curtiendo la piel de viejas heridas...
¡Qué sensación de libertad incorruptible!



FOTO: MARIANELA GOTTERO

jueves, 14 de julio de 2011

QUEDA PROHIBIDO --- Alfredo Cuervo Barrero

¿Qué es lo verdaderamente importante?,
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.
Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes,
¡no me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!
Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.
Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.
Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.
Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.
Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.
Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita. 

viernes, 17 de junio de 2011

Soy --- Jorge Luis Borges

Soy el que sabe que no es menos vano
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.

Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.

Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto
singular y plural, arduo y distinto,

del tiempo, que es uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.


viernes, 10 de junio de 2011

Correr, correr...



Correr las sombras. Esquivar personas sin sonrisas ni tristeza. Correr el tren. Lanzarse a saltos que cortan el viento al ras del suelo para alcanzarlo. Correr el día y la noche. Despertar a las tres de la madrugada, mirar el reloj, dormir y reabrir los ojos a las cinco y media. Desesperar por el tiempo que avanza entre insomnios lascivos. Correr el desayuno. Encender al máximo el fuego, la leche que no hierve y apurar la tostada sin dulce que enriquezca esta amarga rutina. Correr la lluvia. Cerrar las ventanas y perderse la frescura de la tierra húmeda invadiéndolo todo. Correr el ocio. Ver un zapping de entretenimiento invisible. Correr la amistad. Sumar amigos sin identidad en un mundo de conexiones infinitas. Correr, correr… correr a prisa, sin detenernos. No parar, no mirar alrededor. No reconocernos en aquellos que corren, corren a prisa, sin detenerse. Correr, correr hasta ese punto donde volvemos a empezar. Correr, correr, a ningún lugar.


martes, 24 de mayo de 2011

(In) competente



Este maldito mundo capitalista necesita gente como vos. Personas capaces de sacarse los ojos por un peso más; quienes pretenden sentir ese poder que no les sirve más que para aplastar la cabeza de otros. Inútiles con título para avalar su estupidez. Pero no voy a subirme al ring de tu voraz competencia sin sentido. Ese es tu problema. De tanto mirar el ombligo ajeno, te confundiste.

viernes, 20 de mayo de 2011

Mis deseos y tu boca


 
Se estremece mi piel toda
y el misterio de tus manos
detiénese en el punto exacto
revelando: infinitos.

Besos de miel se escurren
entre mañanas de papel
degustando placeres
con sabor a vino añejo.

 Nadie conoce el porqué,
cuándo ni cómo, pero,
al fin, se encontraron
mis deseos y tu boca.

Nadie, excepto tu mirada
y mis certezas a primera
vista saben de amores
eternos antes del amor.

jueves, 19 de mayo de 2011

La calle de los pensamientos



Hay una calle que me espera del otro lado de las vías. Su alfombra de hojas secas cruje cuando me asomo a recorrerla y respirar la fragancia a lavanda que flota en el aire. Ese perfume penetra los sentidos hasta bloquear mis pensamientos. Pensamientos que hablamos, compartimos y caminamos en la calle que me espera del otro lado de las vías, pero ya no son acciones ni besos ni presente. Y nada borra mi sonrisa mientras los árboles desnudos se encorvan para mirarme avanzar acariciando su humedad y los recuerdos. Quizás algún día decida quedarme allí para siempre; así ya no tendrá que esperarme ni esperar para ver cómo se iluminan los recovecos más oscuros cuando anochece.

martes, 17 de mayo de 2011

Besos --- Gabriela Mistral

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.




lunes, 2 de mayo de 2011

A dormir

"Si tenemos en cuenta las condiciones indignas en que viven millones de personas -si es que a eso se le puede llamar vivir-, si el hombre es un gran producto de la imaginación creadora de un Dios, entonces dan ganas de decir que más valdría que se echara a dormir, que precisamente será lo que está haciendo ahora mismo".

O Estado de S. Paulo, São Paulo, 12 de abril de 1994
José Saramago en sus palabras

domingo, 1 de mayo de 2011

Tu voz habla amorosa... --- Fernando Pessoa



Tu voz habla amorosa...
Tan tierna habla que me olvido
de que es falsa su blanda prosa.
Mi corazón desentristece.

Sí, así como la música sugiere
lo que en la música no está,
mi corazón nada más quiere
que la melodía que en ti hay...

¿Amarme? ¿Quién lo creería? Habla
con la misma voz que nada dice
si eres una música que arrulla.
Yo oigo, ignoro, y soy feliz.

Ni hay felicidad falsa,
mientras dura es verdadera.
¿Qué importa lo que la verdad exalta
si soy feliz de esta manera?

Versión de Teodoro Llorente.

jueves, 28 de abril de 2011

Poema sin nombre



Deshojarte la tristeza
entre mantas y besos
con sabor a miel y fresa.

Desmontar las armas
 raídas de las batallas
perdidas en recuerdos.

Darte el alma, la vida
en el ocaso, y robarte
el sol en pleno otoño.

Para amarte sin miedo,
acomodar mi corazón,
solitario, en tu pecho.


lunes, 25 de abril de 2011

Si mis manos pudieran deshojar --- Federico García Lorca



Yo pronuncio tu nombre
en las noches oscuras,
cuando vienen los astros
a beber en la luna
y duermen los ramajes
de las frondas ocultas.
Y yo me siento hueco
de pasión y de música.
Loco reloj que canta
muertas horas antiguas.

   Yo pronuncio tu nombre,
en esta noche oscura,
y tu nombre me suena
más lejano que nunca.
Más lejano que todas las estrellas
y más doliente que la mansa lluvia.

   ¿Te querré como entonces
alguna vez? ¿Qué culpa
tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma,
¿qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?
¡Si mis dedos pudieran
deshojar a la luna!

viernes, 22 de abril de 2011

Otra vez darle pelea al tiempo,
tatuarme en el alma tu esencia
y dejar tu recuerdo en libertad.