lunes, 17 de diciembre de 2012

A mis tíos, con todo mi amor



Abrazala ahora y para siempre. Abrazala y bailen al ritmo de La Mississippi. Abrazala mientras acá nosotros nos abrazamos por ustedes. 

jueves, 6 de diciembre de 2012

Detenida en el tiempo, abrumada, harta, insatisfecha, enojada... hay algo que la vida puso delante de mí que aún no puedo ver. Detenida en el tiempo, hoy es mañana.

jueves, 8 de noviembre de 2012

No hay mal que por bien no venga...


Habían quedado en encontrarse a las seis, pero nunca llegó. Otra vez se repetía esa historia de incertidumbres. Quizás por eso jamás le gustaron las citas, los encuentros programados a mitad de camino en defensa de la igualdad de género y de la independencia femenina, porque nunca resultaron como los había imaginado una y otra vez. Pensar qué ponerse, cómo hablar, qué decir y qué no, hasta dónde mostrar, sonreír poco, lo necesario o de más, escuchar demasiado, observar atentamente o disimular el análisis minucioso de cada palabra, del movimiento de sus manos esqueléticas, de sus ojos al mirar. Habíamos quedado en encontrarnos a las seis, pero nunca llegó. Quizás por eso siempre me gustaron los encuentros casuales, en cualquier parte del camino, improvisados, furtivos de la rutina. 

viernes, 19 de octubre de 2012

Arte Poética --- Vicente Huidobro (1916)


Que el verso sea como una llave
Q
ue abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.

     Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.

     Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.

     Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema ;

Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.

     El Poeta es un pequeño Dios.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Con una sonrisa y el corazón roto


"Quizás quiera que la cuerda se corte", dijo. Y esas palabras bastaron para romperle el corazón en un segundo, y en un segundo los minutos, las horas y los días de amor se desvanecieron. El hombre sin corazón ya no guardaba ningún secreto. Todo estaba escrito. Una vez más se repetía la historia. Recogió sus cosas, la poca dignidad que quedaba entre sus lágrimas, y se fue. Jamás lo volvió a encontrar hasta aquel día. Él la vio entre la multitud y corrió a detenerla para darle la explicación que ameritaban los tres años de idas y venidas. Al alcanzarla, la tomó del brazo obligándola a darse vuelta. Ella quedó atónita, empalideció de repente. Antes de que pudiera pronunciar una palabra, él le confesó: "Nunca quise hacerlo, pero mi orgullo fue más fuerte. Todavía te espero". Ella hizo una mueca inexplicable y respondió con ironía: "Quizás yo quería que la cuerda se corte". Al terminar de decirlo, ya se alejaba entre la gente con una sonrisa y el corazón roto. Jamás lo volvió a ver.

viernes, 3 de agosto de 2012

No ser parte

La soledad y la furia se están comiendo la ciudad, mientras cientos de miles de niños sueñan con un beso y un abrazo que quizás nunca llegue. Peor que no ser, es no ser parte. Excluidos y aislados en un mundo en constante disolución. 
No hay dolor más profundo que el desamor y el abandono.


martes, 24 de julio de 2012

Brevísima autobiografía














...celosa, romántica, poco femenina, llorona, simpática, caprichosa, sensible, compañera, ciclotímica, detallista, sincera, gritona, pensativa, demandante, tímida, charlatana, alegre, rencorosa, introvertida,  buena, comprensiva, orgullosa, divertida, auto-exigente, depresiva, molesta, obsesiva, cariñosa, incomprensible, quejosa, expresiva, malhablada, pacífica, observadora... más o menos... soy lo que puedo ser, quizás quiera cambiar algo o no, quizás pueda hacerlo o no, quizás ese sea el problema o no...

martes, 17 de julio de 2012

Epitafio para un poeta --- Octavio Paz

                                                  
                                                                       Quiso cantar, cantar
                                                                               para olvidar
                                                            su vida verdadera de mentiras
                                                                                 y recordar
                                                            su mentirosa vida de verdades. 

miércoles, 27 de junio de 2012

Un cuarto de siglo


Un cuarto de siglo de angustia y soledad, de lágrimas inexplicables, de palabras reveladores, de pasiones y miedos, de emociones compartidas con conocidos y extraños, de bailar hasta el cansancio, de sonrisas sinceras, de amigos irremplazables y unas cuantas decepciones. Un cuarto de siglo de buscar siempre lo que encuentro, de entenderme algunas veces, de encerrarme en un libro para perderme más, y de escribir letritas que a veces reflejan el alma. Un cuarto de siglo de espejismos y oasis, de penales atajados y convertidos en el patio de casa, de borracheras melancólicas , de escupir verdades, de ver finales tristes, de pájaros cantando a la mañana, de escapar a la incertidumbre, de un solo viaje a las nubes, de imaginar figuras de colores, de sueños reiterativos y de ínfulas de princesa y zapatitos de cristal. Un cuarto de siglo de enamorarme del Norte, de conocer la tristeza, de extrañar a mis seres amados aunque sea a veinte cuadras de casa, de besar a la abuela, de arrugarme las manos en la pile, de goles de Independiente y de abrazos desesperados. Un cuarto de siglo de no poder correr más de una cuadra, de consejos no solicitados, de aprender qué es la tiroides, de reinventarme en la frustración, de perdonar y guardar algunos rencores, de no comprender a la sociedad, de esconderme bajo mi escudo… Un cuarto de siglo buscando mi lugar, nada más que la libertad y el amor, que siempre van de la mano, como vos y yo.

viernes, 27 de abril de 2012

Intermitente y constante

-Buenas tardes, doctor.
-Buenas tardes, señorita.
-¿Qué le ocurre? ¿Por qué llora?
-No, doctor, no estoy llorando. Justamente por eso vine. Hace un tiempo ya que no para de caerme agua de los ojos.
-Mmm... lo veo... ¿y cuál es la frecuencia del llanto?
-No es llanto, doctor. Diría que intermitente y constante.
-Mmm... entiendo..., ¿qué otros síntomas tiene?
-Mmm... no sé... no sabría si realmente son síntomas... a veces viene acompañado de mocos, pero no una gran cosa, si no más bien algo así como más agua que cae de la nariz. Otras me agarra una especie de  ahogo que va desde la boca del estómago hasta la garganta. En ese momento, cae más agua de los ojos y después, cuando empieza a mermar la molestia, me sale menos.
-Bien, ¿tuvo fiebre, vómitos o diarrea?
-No, doctor.
-¿Podría estar embarazada?
-No, doctor, a menos que mi cuerpo esté gestando un bebe hace 24 años.
-¡Bien! Descartamos el embarazo entonces. ¿Cuántas veces al día va al baño?
-Ehhh, no sé, lo normal, tres, cuatro, cinco... realmente no lo conté.
-Déjeme tomar nota, ¿toma alguna medicación?
-No, doctor.
-Mmm... déjeme ver... siéntese ahí, por favor, voy a ver cómo está su respiración...
-¿Qué cree que puede ser, doctor?
-¿Me dijo que no tiene otros síntomas?
-No.
-¿Y en qué momentos es más frecuente?
-Mmm... cuando miro películas, cuando como,  cuando leo, cuando estoy trabajando... el otro día también me agarró cuando estaba explicando la diferencia entre sinalefa y sinéresis... cuando no me demuestran cariño las 24 horas del día, cuando me contesta mal la cajera del supermercado, cuando pongo el lavarropas, cuando se quedaron sin faina en la pizzería... mmm... realmente no sabría especificarlo, creo.
-Bien. No se preocupe. Va a tomar 50 miligramos de T4 de lunes a viernes y los fines de semana tres dosis de tequila, dos al mediodía y una a la noche, siempre después de comer.
-¿Tequila, doctor? 
-Sí, tómelo y en un mes me viene a ver.
-Pero, ¿qué tengo, doctor? ¿es grave?
-No, señorita, no se preocupe, es un síndrome muy común en personas como usted.
-¿Personas como yo?
-Sí, personas que lloran todo el día.
-Pero... no es llanto, doctor. Si veo que no para, ¿puedo venir antes?
-Sí, señorita.
-Bueno, muchas gracias.
-De nada, joven. La espero en un mes. Deje la puerta abierta al salir, por favor.
-¡¿Está insinuando que le inundé el consultorio?! 

...djfhsdjgfdjgheurghefgjnvjcmerhygceurignve...


-No, señorita, ¿qué le ocurre? ¡Tranquilícese, por favor!
-Perdón, doctor, ese es el síntoma que le dije que no sé si es síntoma.
-Entiendo, señorita, quédese tranquila.
-¡Disculpe de nuevo, doctor! Dejo abierto. Hasta luego.
-Hasta luego





domingo, 22 de abril de 2012

Los mismos pies




De pronto, en el pequeño campo visual que quedaba entre mi libro y el piso, aparecieron tus pies vestidos en zapatos de décadas pasadas. Su posición me impedía identificar por dónde habían llegado. Mucho tiempo después supe que siempre subías al andén por un recoveco entre las vías del tren y que nunca pagabas el boleto. No tardé en alzar mi cabeza para identificar quién estaba parado frente a mí interrumpiendo mi lectura. Eras vos, habías llegado diez minutos tarde a nuestra cita improvisada en el bar. Yo no recordaba los detalles de esa noche hasta que volví a verte en  la estación esa tarde. Vos parecías haber comprendido que aquel “nos vemos en la estación a las cinco” había sido sólo una forma de decir, de evitar aclarar que no sentía ningún interés en reencontrarte. Pero me sorprendiste, y eso me gustó. Todavía recuerdo tu cara de incómoda ilusión cuando al levantar la vista no demoré en pronunciar tu nombre. Vos sabías que solamente había sido una cuestión de cortesía, pero decidiste arriesgarte. “No hay nada peor que quedarse con la intriga”, habías dicho tratando de despertar mi curiosidad en nuestra primera charla. Por eso fuiste a la estación. Sin embargo, yo no tenía dudas. Había algo en vos que no quería conocer: me aterraba la seriedad de tus zapatos, tu seriedad. Durante unas semanas, volvimos a vernos y hasta me animé a confesar que la ropa de tus pies era horrorosa. Vos aseguraste que lo mío era un trauma, que algo tenía con tus zapatos que jamás iba a poder revelar. La última vez que te vi llevabas los mismos pies, pero tenías unas zapatillas azules impecables, casi relucientes. Ese día supe que sería nuestro último encuentro. Quizás ya había logrado todo lo que esperaba en vos, quizás mi obsesión se disolvió en tus últimos pasos. 

sábado, 21 de abril de 2012

Paz



Estar en tus brazos al despertar. Así encontré la paz que siempre busqué y que hasta hoy sólo había hallado lejos de casa. Día a día se reinventa esta historia de amor eterno y sincero que vino a devolverme el alma. 

martes, 17 de abril de 2012

Ingenuidad


Creer en la ingenuidad, en las palabras que se omiten. Juzgarte una y otra vez inocente con pruebas que te declaran culpable una y otra vez. Jugar al gallito y al ciego, porque así duele menos y es mejor. Hay que acostumbrarse, amoldarse a que todo lo que esperás es todo lo que realmente no estás dispuesto a dar. ¡Y cómo duele! Duele el silencio y la indiferencia. 

miércoles, 14 de marzo de 2012

Me robaron las palabras



Me robaron las palabras, esa suma indefinible de signos, la novela que nunca volveré a escribir. Me robaron mil líneas de texto en hojas virtuales con olor a café. Vuelvo a sentarme frente al monitor, que ya no es el mismo, y sólo surge aquel comienzo: "Habíamos quedado en encontrarnos a las seis, pero nunca llegó". Y ya no las encuentro. No están debajo de la cama ni en la suciedad que se acumula sobre la heladera. Me robaron las palabras, pero vive en mí la idea de esa historia  y la obsesión de escribir para nadie, o quizás para que se roben mis palabras y deba recomenzar lo que jamás concluiría.

miércoles, 4 de enero de 2012

Libertad

Despliego mis alas. Un aire de libertad refresca mi cara y le da vida a la piel seca y resquebrajada por el sol. Despliego mis alas y vuelo tan alto como en mis sueños e incluso más. Acaricio cada nube como un deseo ardiente y alcanzable. Sólo me ata tu amor. Eso me gusta. Por primera vez no me abruman la soledad, la ausencia, ni los recuerdos. Hoy soy todo lo que quiero y tengo mucho más de lo que pudiera pedir. Amor, amistad, paz, salud y libertad. Sólo me falta saber a quién agradecerle tan egoísta felicidad.