jueves, 27 de octubre de 2011

Por esta vez

Duele la muerte, candente egoísmo,
espíritu liberado de cuerpo y mente,
verdes prados esperan tu alma piadosa, 
en llanto encarna la envidia del hombre.


Cuerpos que sobreviven, el momento
crucial esperan sin fe. No hay destino
mas que el paso a paso galopando
a fuego y sangre en nuestro corazón.


¿Lloramos la paz, la liberación, 
la culpa, el miedo, el olvido, el adiós?
¿O lloramos el egoísta deseo 
de darle cuerpo a lo que no muere?


Estás acá, te siento. Huelo el amoníaco 
en la vereda de tu casa merodeando.
No voy a ser egoísta, por esta vez,
no te voy a llorar. Descansa en paz.




A mi abuela Lidia, por su risa pícara y su expresiva mirada.

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