De pronto, ya no te vi. Desapareciste. Te hiciste invisible como las hojas del otoño que vuelan sin rumbo. Nunca más te cruzaste en mi camino. Llegó la primavera y tampoco regresaste. ¡Vaya a saber tu santo qué destino te deparó esta vida! Si pudiera volver el tiempo atrás diría que nada quedó por decir. Aunque es sabido que a mujer de palabras siempre le queda algún reproche en el tintero. Y a pesar de que los días pasan más felices que ayer, me gustaría saber cómo estás y entender lo que pasó ahora que no hay nosotros. ¿Qué fue de ese amor que sería eterno? ¿Dónde quedó el mundo que inventamos? ¿Cómo se deshicieron las promesas sin hechizos? ¿Cuándo se fue el encanto de aquellos besos? ¿Quién dijo que el dolor es amigo del olvido?
No hay comentarios:
Publicar un comentario