jueves, 5 de febrero de 2015


Amo la noche porque siempre nos encuentra unidos, esperanzados como el mar cuando renueva su oleaje. Amo el mar porque en sus olas, fervientes amantes del viento del sur, volvemos a ser niños los dos. Amo el viento que ataca sin tregua nuestro andar despreocupado y jamás nos vence, juntos el viento es una suave brisa de verano.

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