Amo la noche porque siempre nos encuentra unidos, esperanzados como el mar cuando renueva su oleaje. Amo el mar porque en sus olas, fervientes amantes del viento del sur, volvemos a ser niños los dos. Amo el viento que ataca sin tregua nuestro andar despreocupado y jamás nos vence, juntos el viento es una suave brisa de verano.
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