viernes, 29 de julio de 2011

René --- 29 de julio de 2000

Todos tenemos algo de René Favaloro en el corazón. Los valientes empezaron la lucha, los cobardes seguimos pensando cómo hacer para escapar.


martes, 26 de julio de 2011

Evita


      Recuerdo el día que le llevé aquel regalo como si fuera ayer. Mi vecino siempre fue un hombre especial, de unos setenta y pico de años, con el pelo blanco desde los cincuenta y una postura envidiable. Caminaba con la seguridad de quien sabe a dónde se dirige en cada paso, pero la seriedad de sus formas nunca logró esconder la calidez de su mirada. Aunque jamás se lo dije, él sentía ser el abuelo que siempre quise tener. Se fue sin haberme enseñado la gran biblioteca que escondía en el cuartito del patio de su casa, donde se encerraba a leer y hacer correcciones de libros de historia publicados por editoriales que se dejan llevar por el nombre del autor más que por sus letras. Pero me dejó sus palabras y su admiración por el peronismo.
     Aquel presente reflejaba lo hondo que habían calado cada una de las conversaciones que habíamos mantenido mientras jugaba a la periodista intrépida interrumpiendo la cotidianidad vecinal para investigar un pasado de años no vividos. Tomó el paquete sin esperar nada que pudiera sorprenderlo. Yo estaba entusiasmada, sabía que jamás imaginaría que en una feria hippie le había comprado ese detalle. Quería seguir escuchando sus historias, cada uno de sus recuerdos, y sabía que aquel regalo sería el disparador de cientos de momentos y referencias bibliográficas apasionantes.
-Rompa el papel, Raúl, dicen que da buena suerte- comenté ansiosa esperando su     aprobación. 
-¡Una taza de Evita!- masculló, y un velo de agua cubrió inmediatamente su mirada.
-Quería traerle una de Perón también, pero no había- dije al pasar para romper el silencio.
       Nunca llegó a abrazarme, me dio una suave palmada en el hombre y sonrió por primera vez mientras disimulaba esa lágrima que se escapaba por su mejilla.

miércoles, 20 de julio de 2011

Mis amigos --- Oscar Wilde

Escojo mis amigos no por la piel u otro arquetipo cualquiera, y sí por la pupila.
Tiene que tener un brillo cuestionador y una tonalidad inquietante.
A mi no me interesan los buenos de espíritu ni los malos de hábitos.
Me quedo con aquellos que hacen de mí un loco y un santo.
De ellos no quiero respuesta, quiero mi opuesto.
Que me traigan dudas y angustias y aguanten lo peor que hay en mí. Para eso, sigo siendo loco.
Los quiero santos, para que no duden de las diferencias y pidan perdón por las injusticias.
Escojo mis amigos por la cara lavada y por el alma expuesta.
No quiero solo el hombro o el regazo, quiero también la mayor de sus alegrías.
Amigo que no ríe con uno, no sabe sufrir con uno.
Mis amigos son todos así: mitad estupidez, mitad seriedad.
No quiero risas previsibles ni llantos piadosos.
Quiero amigos serios, de aquellos que hacen de la realidad su fuente de aprendizaje, pero luchan para que la fantasía no desaparezca.
No quiero amigos adultos ni aburridos. Los quiero mitad infancia y otra mitad vejez.
Niños, para que no olviden el valor del viento en el rostro y viejos, para que nunca tengan prisa.
Tengo amigos para saber quién soy yo.
Pues viéndolos locos y santos, bobos y serios, niños y viejos, nunca me olvidaré de que normalidad es una ilusión imbécil y estéril.

sábado, 16 de julio de 2011

Caminar en soledad por las calles empedradas de Humahuaca y 
respirar el sol curtiendo la piel de viejas heridas...
¡Qué sensación de libertad incorruptible!



FOTO: MARIANELA GOTTERO

jueves, 14 de julio de 2011

QUEDA PROHIBIDO --- Alfredo Cuervo Barrero

¿Qué es lo verdaderamente importante?,
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.
Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes,
¡no me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!
Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.
Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.
Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.
Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.
Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.
Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.