Ahora que los libros besan, que las bocas abrazan y las palabras no aturden. Ahora que cada domingo es viernes, que el ocio es la rutina más preciada y las tardes son la antesala de la aventura. Ahora que los sueños no son imposibles, que los proyectos se vuelven tangibles y las promesas parecen sinceras. Ahora que la sonrisa es rutina, que los versos no lastiman y la mirada está entera. Ahora que no hay días grises, que las penas no existen y el mar no es la escollera. Ahora que no hay inviernos en primavera. Ahora la primavera es perfecta.
FOTO: ROCÍO TROYÓN
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