miércoles, 29 de diciembre de 2010

Olvido


M: Disculpe, chofer, ¿podría volver a la parada anterior?
H: ¡¿Qué?!
M: Si podría volver a la parada anterior.
H: ¡¿Qué pasó?!
M: Es que me olvidé un beso.
H: Es contramano, no puedo, señorita.
M: Y si va por la paralela, ¿puede volver?
H: ¿Por qué no lo pasa a buscar otro día?
M: ¡¿Otro día?! Por mi cabeza.
H: ¿Qué tiene su cabeza? ¿No será su corazón?
M: No, hombre, le digo que es mi cabeza que no descansa. Nada de corazón, ahora soy una mujer mala.
H: Ahhh, claro, lo entiendo.
M: ¿Y si me espera acá y voy de una corrida?
H: A las 23.30 tengo que estar fichando en Galicia y Fierro, imposible demorarme.
M: ¡Uh, qué cagada!
H: ¿Qué?
M: Nada, nada...
H: Tampoco puedo brindarle todos los servicios por $1.75.

martes, 28 de diciembre de 2010

Poder




Pensar con claridad en los momentos oportunos, todo mi deseo de poder se reduce a detener el tiempo un segundo y pensar con claridad. No pensar de más, sino lo suficiente como para no actuar por impulso y lo necesario como para no convertirme en ese autómata que arruina un instante de dulzura tan cruel.

lunes, 27 de diciembre de 2010

B+

Ahora que viene fin de año y empiezo a programar los 124 talleres de asignaturas pendientes que espero hacer en el 2011 -y que seguro jamás voy a concretar- se me ocurre que sería de gran utilidad anotarme el 1 de enero en el Taller del Olvido I. Dicen que las asignaturas son algo pesadas, demasiada teoría y poca práctica, pero tengo una cuota de paciencia y otra de perseverancia intactas. Voy a hablar de vos hasta hartarme y empezar a odiarte.  Digamos que arranco con un B+ sólo por la buena predisposición.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Desandar




Deshacerme
en tu verdad de conjuros
Desarmarme bajo la luna
Despertar

Deshojarme
el alma de tus recuerdos
Desarmarme bajo el sol
Desahogar

Desvanecerme
en tu lógica incoherente
Desarmarme bajo la lluvia.
Desterrar
 
Desgarrarme
la razón de tus besos
Desarmarme bajo el mar
Desandar.

martes, 21 de diciembre de 2010

Hereje



La víspera navideña me deprime, la Noche Buena me deprime y la Navidad me deprime. Mi abuela dice que soy una hereje, pero ella todavía no se enteró que Dios es otro invento para alimentar falsamente ilusiones y esperanzas como Papá Noel.


sábado, 18 de diciembre de 2010

viernes, 17 de diciembre de 2010

Contraproducente



A veces me dejás sin palabras y eso es absolutamente
 contraproducente con vos agazapado entre excusas que ya no creo.



jueves, 16 de diciembre de 2010

Dulce soledad



Dulce soledad
espera calma
inmenso amor

¿Dónde nos encontraremos?
Quizás me acerque el silencio
a tu boca tardía

Dulce calma
inmensa soledad
espera amor

Aunque imperceptible
estoy más cerca
cerca de tu cuerpo infinito

Dulce amor
inmensa calma
espera soledad.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Cartas a Papá Noel --- 4ta entrega


Banfield, 13 de diciembre de 2010


Papá Noel,
                   Sos un reverendo hijo de puta. Hace 10 años que me venís cagando sistemáticamente. Esta es la última carta que te escribo. No pienso gastar mi energía y mi tiempo en un mentiroso como vos que me mandó cualquier cosa menos lo que le pedí en todos estos años. Al final, ahora entiendo porque mi mamá dijo que no existías: mejor perderte que encontrarte.
                  Ojala que te quedes atascado en alguna chimenea y se te quemen tus partes cuando los vecinos la enciendan para calentarse o que los enanos a los que venís explotando desde hace siglos te hagan un piquete desde noviembre hasta fin de año, así tenés que hacerte cargo de darle explicaciones a todos los niños y no tan niños del mundo. O mejor todavía que los renos se rebelen y hagan un complot para que te accidentes en el camino.

Te odio.
Cielo Machado.

P.D: Le voy a hablar mal de vos a todos mis amigos.


domingo, 12 de diciembre de 2010

Cartas a Papá Noel --- 3era entrega


Banfield, 6 de octubre de 2007


Papá Noel,
                  Espero que estés bien. Disculpá que vuelva a molestarte, pero me parece que el correo no está funcionando bien o alguno de tus duendes ayudantes se está haciendo el vivo. No quiero ser pesada, pero como siempre cumpliste espero que después de ocho años también lo hagas o voy a terminar pensando que mi mamá tenía razón y eso no me gustaría. Siempre que ella tiene razón es porque alguna desilusión se aproxima.
                  Me encanta el nuevo novio que me mandaste, creo que es al que más quiero y querré de todos. Es muy divertido, inteligente y toca la guitarra de 10, pero sólo a veces es bueno, cariñoso y romántico. Igual ese no es el problema. El problema es que no me quiere. Él dice que sí, pero yo me doy cuenta de que no y eso me hace sufrir mucho. Además no se lleva bien con mi familia y no es compañero.
                 Por favor, avisame si recibís esta carta así me quedo tranquila de que la próxima vez me va a llegar el indicado: bueno, sincero, dulce, fiel, inteligente, compañero, simpático, divertido, trabajador, que le guste leer, bailar e ir a pasear los días de sol.

¡Muchas gracias!

Cielo Machado.

P.D: Si podés mandalo envuelto en ese papel platinado brillante que me encanta.                 

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Cartas a Papá Noel --- 2da entrega



 
Banfield, 6 de diciembre de 2005
Querido Papá Noel:

                             Te escribo esta carta para agradecerte por todos los obsequios que me mandaste en estos años. Sobre todo por el regalo que llegó hace unos pocos días. Supongo que lo enviaste en forma anticipada porque debés estar muy atareado. Creí que ya no te acordabas del pedido especial que te había hecho o que no lo habías conseguido, pero ahora imagino que lo estuviste buscando todos estos años.
                            No quiero que te ofendas, pero me parece que en el Polo Norte alguien te engañó porque el novio que me mandaste no se parece en nada a Leo Di Caprio ni a Roña, el de Chiquititas. Igual no importa, la belleza es lo de menos, pero temo que te hayas equivocado de destinatario. Es muy bueno y cariñoso, es verdad, me quiere mucho, pero también es medio vago y mujeriego y en mi casa no lo quieren, así que fijate qué podés hacer para confirmar si este es mi regalo o te equivocaste de casa.
                           Creo que el error fue mío porque no firmé aquella carta. Así que, por las dudas, te recuerdo el pedido y le hago algunos agregados. Quiero un novio bueno, cariñoso, fiel, simpático, sincero, romántico, divertido, que se lleve bien con mi familia y que no sea hincha de Racing.

¡Muchas gracias!
Un beso grande.

Cielo Machado.



martes, 7 de diciembre de 2010

Cartas a Papá Noel --- 1era entrega



Banfield, 26 de noviembre de 1999


Querido Papá Noel:
                            
                             Hoy me entere que no existis. Yo creo que mi mama esta celosa porque a ella no le traes regalos ¿Por qué no le traes regalos? ¿Se porta mal? Con migo mi mama es muy buena, es la mejor del mundo. Bueno vos no te preocupues Papá Noel porque vos sos mi amigo y yo creo en vos porque siempre me regalaste todo lo que te pedi como el CD de Nubeluz, la mesita con las dos sillitas de colores y el supermercado para las muñecas. 
                            Para este año tengo un pedido espesial, te mando la carta con tiempo porque se que tenes mucho trabajo. Este año me porte muy bien tuve buenas notas en el cole nuevo y casi no dije malas palabras y tampoco le pegué a mi hermana. Me gustaría que me traigas un novio. Quiero un novio como Leo Dicaprio o Roña el de Chiquititas el rubio. 
                           Papá siempre dice que voy a tener un lindo novio cuando sea grande porque dice que yo soy linda. Yo quiero un novio lindo, simpático, cariñoso y que sea inteligente porque algunos compañeros del cole son tontos y yo no quiero un novio tonto. Espero que me lo mandes, igual no me voy a enojar si no lo traes ¿Venden novios en el Polo Norte? Si se puede quiero que venga enbuelto en papeles de colores con un moño grande porque me encantan los papeles de colores. 

¡Muchas gracias, Papá Noel!
Espero poder verte en Navidad.
Te quiero mucho.

    

lunes, 6 de diciembre de 2010

Milimétricamente



Ordenando mi corazón me topé con tus palabras, entonces decidí buscarles un lugar para que dejen de estorbar mi presente. Noté que encajaban 
milimétricamente en el recoveco libre de mi ventrículo de desilusiones. Tus palabras combinan a la perfección en tono y color con otras mentiras, miradas y promesas de cobardes que le temen al amor y se inventan discursos para convencerse y convencerme de lo que no son ni sienten. 


domingo, 5 de diciembre de 2010

jueves, 2 de diciembre de 2010

Pedacitos de mí




A veces temo estar perdiendo el tiempo sin encontrarme. El miedo me paraliza ante una muralla de destinos inciertos y lugares que me esperan. No sé cuándo, pero en algún momento dejé pedacitos de mí en recovecos desconocidos. Algunos días me despierto con la convicción de armarme nuevamente y comienzo a trazar el recorrido a parajes que habitan mi mente como obsesiones: Quequén, Iguazú, Costa del Este, San Vicente, Ministro Rivadavia, La Cumbrecita. Quizás el único denominador común sea ese secreto por descubrir y ese algo de mí que me espera en la calma de las sierras, el mar y lo desolado.

martes, 30 de noviembre de 2010

Ser

Quiero lanzarme al mundo, arrojarme de un puente y flotar sobre el mar. Sentir que el viento me acaricia la cara. Quiero decirte adiós con una sola lágrima como símbolo de la esperanza de volverte a encontrar en algún tiempo y algún lugar. Quiero soltar las riendas de esta vida que me ata y me da felicidad con cuentagotas. ¿Quién quiere felicidad con cuentagotas? Yo quiero todo o nada, sin rodeos. Quiero que el mundo se despierte y salga a bailar por las calles, que las calles sean olas de gente, una gran murga invadida de colores y ruidos armónicos. Quiero esas olas, que las olas me lleven como el viento en la cara a lugares desconocidos al menos por un segundo. Quiero que me despidas con entereza, que me veas partir como el marinero deja su hogar para ver faros, costas y puertos sin melancolía. Quiero librarme de este injusto descontento que repliega mi corazón hasta consumirlo. Quiero que alguien me entienda, que surta efecto mi discurso, que no me tilden de rara, loca o especial. Quiero que el cielo amanezca soleado cada día, cada día tener la certeza de que voy a llegar a ser.



miércoles, 24 de noviembre de 2010

Día para el olvido


Los días para el olvido deberían estar incluidos en el calendario: lunes, martes, día para el olvido, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo. Tendrían que variar semana a semana y no repetirse mes a mes, es decir, si un día para el olvido en los primeros días de mayo cae tras el lunes debe, necesariamente, evitar caer ese mismo día en junio. Podría ser hasta una cuestión solar o lunar; y aunque aún no esté comprobado, es seguro que así se garantizaría la ruptura de la odiosa rutina semanal que tanto agobia a los humanos.
El día para el olvido es como un domingo de lluvia, deprimente, triste, melancólico, angustioso. Ese domingo en que resucitan todos los fantasmas y la cabeza se vuelve un ping-pong de preguntas sin respuestas. Hay claves que profundizan la tendencia a estos días: dormir mal, encontrar la heladera vacía, tener frío, despertarse por culpa de una discusión subida de tono, reproducir la discusión al quejarse de la misma y el corte de luz indeterminado y sin velas. Estas señales pueden producirse conjuntamente o no y hasta provocar efectos colaterales según el temperamento de cada uno. Por eso, los días para el olvido se recomienda permanecer en cama durante largas horas, leer, mirar una película y tratar de despejar la mente con cualquier pavada que encuentre a mano. Hoy, mejor hacer borrón y cuenta nueva. Mañana será otro día.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Instrucciones para asesinar a su suegra




Lo más importante a la hora de planificar cómo asesinar a su suegra es pensar previamente en todos aquellos indicios que deberá atender en la escena del crimen para no dejar rastros del delito. Teniendo en cuenta que usted es un inexperto en la materia de quitar vida a otro ser humano, porque aunque la madre de su esposa/o se asemeje más a un animal rastrero se incluye dentro de esta categoría según la cadena trófica, es preciso elaborar un detalle pormenorizado de cada una de las acciones a llevar a cabo. Antes de concretar el gran golpe, es necesario mantener durante meses e incluso años una relación estrecha para erradicar cualquier tipo de sospecha primaria. El segundo esfuerzo imprescindible será fijar una salida típica que se inscriba dentro de la tradición familiar. Según el Manual de Asesinos en Serie II, lo aconsejable es que se seleccione un zoológico. Planifique el paseo un día de semana para cerciorarse que el lugar no esté colmado de visitantes y así poder efectuar su tarea sin mayores obstáculos. Es importante que también evalúe la posibilidad de realizarlo en invierno para que el uso de guantes pase desapercibido. Además, el frío reduce el olor a descomposición de los cuerpos muertos, sobre todo cuando son de suegras asesinadas. De esta manera, el cincuenta por ciento de su plan estará encaminado a un éxito absoluto. El resto dependerá de su capacidad de respuesta en la escena del crimen. Ya en el zoológico, luego de un largo paseo, coméntele a su esposo/a que nota cierta tristeza o melancolía en su suegra y exagere la rareza con la que mira a los pobres animales enjaulados. Establezca algún tipo de analogía entre la vida de los animales y la de su suegra para sembrar dudas sobre la posible depresión que pudiera estar atravesando. Propóngale a su suegra ir a comprar comida para que los chicos arrojen alimento a los guanacos que están siguiendo la caminata. Así, logrará que su familia se adelante y su suegra se pierda en el laberinto de mamíferos, reptiles y aves en cautiverio. Llegado el paseo al gran pozo que habitan los leones, asegúrese de que nadie esté observándolos. Un pequeño empujón bastará para que la vieja pase a mejor vida, los leones sacien su hambre voraz y usted corra con desesperación en busca de ayuda ante el estrepitoso intento de suicidio que acaba de cometer su querida suegra.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Mercado de Recuerdos



De toda crisis surgen grandes iniciativas. Así fue como nació mi primer y único gran emprendimiento acorde a este mundo capitalista en el que todo tiene un precio y hay consumidores capaces de pagar una interesante suma a cambio de cosas inútiles e innecesarias: "El primer mercado de recuerdos de zona Sur".
Para empezar debí lograr una clasificación adecuada para armar una vidriera llamativa en pos de atraer visualmente a los potenciales clientes. Esto demandó un intenso trabajo hasta que decidí resumir las categorías a dos: "malos recuerdos" y "recuerdos de vos". El problema, como suele ocurrir con todas las clasificaciones, fue que se superponían y me encontraba en la disyuntiva de no saber en qué caja colocar el recuerdo en cuestión.
Resuelto el primer inconveniente y organizados algunos recuerdos, la oferta resultó más amplia de lo esperado. El excedente de memorias, que parecían olvidadas pero habitaban mi cabeza, fue a parar a unos estantes de madera. Dos días tardó en secarse la pintura color pastel que elegí personalmente para decorarlos.
Al ver la vidriera casi terminada, noté que era imprescindible atrapar a los primeros compradores por el bolsillo. "Recuerdos desde $2", "Todo lo que está en mi memoria a precio de fábrica", "Lleve 5, pague 1", promocionaban los carteles improvisados a mano. De este modo, ya tenía el sexto sentido de mis potenciales clientes conquistado.
Entonces me dispuse a pensar las restantes estrategias comerciales previo a la inauguración de mi original empresa. El objetivo sería deleitar a los cuatro sentidos restantes: el olfato, el gusto, el tacto y la audición. El café y el chocolate fueron los aromas seleccionados para acompañar la melancolía de los recuerdos. La discografía completa de Carla Bruni haría lo propio para ambientar el lugar; y el tacto de los consumidores pondría a prueba la debilidad o fortaleza de los productos (ni el comprador más estúpido adquiere un bien sin antes certificar su estado).
No tardó en llegar el primer curioso y el boca a boca fue, como siempre, la mejor publicidad. Al cabo de unos pocos meses ya se habían vendido la mayoría de los recuerdos. Los primeros en irse fueron los más baratos, los que eran casi insignificantes. Por su parte, los clientes más pudientes optaron por aquellos recuerdos propios de nuestra rutina devenida en torbellino temporal. Se vendieron desayunos con mate cocido, encuentros en la estación, besos ininterrumpidos, discusiones telefónicas y reproches dilapidantes.
Apenas quedaba el portaretrato con nuestra foto y tus miradas cuando una viuda decidió paliar su angustia invirtiendo el dinero de la pensión del difunto en estos últimos productos. Con todos los recuerdos vendidos, mi vida empezó a cambiar, aunque rápidamente me percaté de que ese lugar, "El primer mercado de recuerdos de zona Sur", no era más que la consecuencia de un deseo que entonces se convertía en un nuevo recuerdo: olvidarte. Ante esta situación, las opciones se reducían a vender mi emprendimiento con su aroma a café, sabor a chocolate y Carla Bruni acariciando las paredes, incluida.
Pero, sin dudas, la fortuna estaba de mi lado. A tres días de ponerlo en venta, una joven adquirió el local. Con la plata, me fui a recorrer el mundo y los cientos de mercados de recuerdos que habían abierto sus puertas a partir de mi iniciativa. En una de las ciudades del viejo continente, llegué hasta un hermoso local anticuado con aroma a café y sabor a chocolate. "¡Qué dejavú!", pensé. Era tu mercado, donde vendías los recuerdos de nuestro amor. No pude evitar la tentación y te compré el fondo de comercio.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Traspapelar

¿Qué será de aquellos dos extraños que se amaron y se juraron amor eterno? ¿Dónde habrán guardado los recuerdos que se diluyen con el tiempo y se reviven en esta breve carta que vino a traspapelarse entre la correspondencia del viejo correo?



"Sé que estás pensando en mí como lo supe aquel noviembre
cuando empezamos a frecuentar la plaza del arcoiris infinito"

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Autoboicot




Tengo el plan perfecto para resolver este conflicto que vino a instalarse en mi cabeza desde que te vi: autoboicotear todo lo que nunca fue y podría llegar a ser de nosotros. Y en pos de lograr mi objetivo, me armé un pequeño instructivo con pasos a seguir para eliminarte del banco de suplentes en que te lucís con la camiseta puesta. La tarea resultó más simple de lo que esperaba. Con una pizca de memoria y dos o tres recuerdos en los que dejaste en evidencia tu absoluta ignorancia respecto del amor, alcancé el primer 10% para arrancar una suma de restas infinitas. A ese porcentaje se adhirió otro 40% que presume que todo esto no es más que la resurrección de una asignatura pendiente que se presenta en forma alcoholizada y entre luces tenues para limpiar viejas culpas. Y el resto, quizás lo más difícil de todo este asunto de idas y vueltas, es el eterno desencuentro que viene a neutralizar este abrupto tormento con la certeza de que vos, yo y nosotros son tres pronombres completamente incompatibles desde el vamos.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Desencuentro




Hay historias de amor que se escriben en el desencuentro. Ese desencuentro cómplice de un amor que nunca se concreta, pero que está latente. Tan latente que los involucrados se preguntan si no será ese, el desencontrado, el verdadero amor. Ese que crece a destiempo y en silencio se olvida por momentos, pero revive estrepitosamente cuando las miradas vuelven a cruzarse. Porque encontrarse no es el coincidir de los cuerpos en un mismo espacio, encontrarse es mucho más que esa casualidad que viene a desequilibrar el estado emocional obtenido con cuotas de terapia. Entonces se desmorona el castillo racional que servía de muralla para esa inexplicable catarata de sentimientos. Cuando las miradas se cruzan no hay argumentos para contrarrestar el daño colateral de esas bocas, presas de pasión, alejándose. Aunque quizás esa sea la clave. Hay historias de amor que se escriben en el desencuentro de ese deseo que se reprime para conservar su existencia.

martes, 9 de noviembre de 2010

Liturgia Funeraria

En plena liturgia funeraria apareciste con tu ex. Morocha, de ojos marrones, insulsa y con cara de aburrida devenida en cara perfecta para la ocasión. No supe que era tu ex hasta que al ponerme los anteojos pude comprobar que tenía ese lunar imperceptible en la mejilla izquierda igualito al mío. Pero como sos un tipo ubicado, vos que vas a los funerales ajenos con tu ex, no le dabas la mano ni le secabas las lágrimas a “ella que los funerales la sensibilizaban, sean de quien sean”.
Siempre que hablabas de tu ex, cerraba los ojos y con la bronca contenida en mi imaginación te estampaba la cara de un sopapo. Después los abría y disparaba mi sonrisa falsa, de la que hice uso y abuso mientras estuvimos juntos, porque te quería mucho hasta que hablabas de tu ex.
Y ahí estábamos los tres, por primera vez, en plena liturgia funeraria. Ella parecía no saber siquiera quién era yo. Eso me irritaba porque significada que a tu ex no le hablabas de tu ex como lo hacías conmigo. Esa práctica terapéutica gratuita nos fundió.
Lo que nunca dije, o tal vez alguna vez lo hice en un rapto de enojo voraz, es que desde un comienzo supe que volverías con ella. Volverías con la moracha, de ojos marrones, insulsa y con cara de aburrida que tiene el mismo lunar que tengo yo. Quizás por eso me elegiste, por el lunar, los hombres son así. Ni con la autoestima alta llegamos a comprender porqué nos elijen.
Entonces te acercaste con esa mirada dulce que alguna vez me había enamorado.
-¿Cómo estás?
-Bien, ¿Por qué viniste con tu ex?
-¿Cómo sabés que es mi ex?
-Por el lunar.
-Ahhh, sí, el lunar igual al tuyo.
-Sos un desubicado.
-Perdón, es que quería acompañarme. Los funerales la sensibilizan, sean de quien sean- repetiste.
-No cambias más, ehhh. Por suerte, te ahorraste el trabajo de tener que saludar a mi familia -dije moviendo levemente la cabeza de un lado a otro y volví a disparar mi sonrisa falsa.
Llegué a percibir tu enojo mientras me acercaba al féretro y trataba de digerir todo lo que no iba a decirte ese día ni nunca. De pronto, una mano fría tocó mi hombre. Era tu ex, llorando desconsolada, quien venía a darme el pésame.
-Salí de acá, hija de puta, no derrames tus lágrimas de cocodrilo sobre mi corazón- le dije mientras la empujaba con el brazo derecho para alejarla del cajón.
Vos me clavaste una mirada fulminante, de esas miradas que te suben la sangre a la cara, la agarraste de la mano con violencia y te fuiste. Nunca más volvimos a vernos.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Poema amante




Me quemo mirándote mientras tus manos,
suavidad de nube, me envuelven de prisa
y en la espera más dulce: nuestros labios
presos de ansiedad, perfecto equinoccio.
Es ese misterio que enciende tus ojos,
envueltos en deseo, amor y lujuria,
el nutritivo alimento de mi alma,
tan amante y amada como ninguna.


sábado, 6 de noviembre de 2010

Alfonsina, Horacio y el mar



“Maldito, me abandonaste, maldito”, gritaba aquella mujer en plena madrugada mientras hundía sus pies descalzos en la fría arena. Llevaba un vestido hueso, que exaltaba sus curvas renacentistas, por debajo de las rodillas. Caminaba bordeando la ribera, por momentos también saltaba, hasta parecía bailar con movimientos a destiempo mientras a viva voz, con la impunidad que consentía la playa en soledad, lanzaba al viento primaveral aquel reproche. De repente, oyó un ruido y enmudeció. Escuchó el bramar de las olas a lo lejos y miró a su alrededor: la extensión de tierra arenosa iluminada por la inmensidad del cielo colmado de estrellas y por la tenue luz que provenía de algunos faroles de la calle costera y ella. Se agachó suavemente hasta clavar sus rodillas en la arena mojada. Recibió la espuma del mar como el cálido abrazo de un amigo, aunque la piel de gallina ya había poseído su cuerpo. Sólo una ola bastó para empapar sus piernas y hacerla llorar. Las lágrimas brotaban sin piedad y sonreía y reía. Cada vez que se asomaba una ola, se lavaba la cara. Así sus lágrimas y el agua salada se confundían cubriéndole el rostro. De pronto, comenzó a rasgarse el vestido hueso. Gritaba. Las olas la iban alejando de la tenue luz. Se desgarraba el vestido, se golpeaba el pecho y se hincaba las uñas en las tres cicatrices de su seno derecho. Ahora aquel reproche se mezclaba con los gemidos y los agudos gritos de dolor. Se rasguñó hasta ver que estaba ahí, que había sangre, que estaba viva. Entonces, detuvo sus manos. Con calma, tomó un papel de su corpiño y lo arrojó al aire. Trató de seguirlo con la vista, pero las lágrimas y el viento lo hicieron desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Empezó a caminar para encontrarlo, con firmeza, mientras se ahogaba en llanto y volvía a reír. El oleaje la golpeaba una y otra vez, pero ella resistía. Su torso pálido y semidesnudo brillaba en medio de la oscuridad. Ella avanzaba cada vez más lentamente, resistía…resistía. El bramar de las olas resurgía con más violencia en cada paso.
En la calle costera un vagabundo disfrutaba de la noche. Miró hacia la playa. No había nadie. Rápidamente, un papel mojado y borroso fue a parar a sus pies. Se leía:
“Morir como tú, Horacio, en tus cabales,
y así como en tus cuentos, no está mal;
un rayo a tiempo y se acabó la feria...
Allá dirán…

No se vive en la selva impunemente,
Ni cara al Paraná.
Bien por tu mano firme, gran Horacio…
Allá dirán.

´Nos hiere cada hora -queda escrito-,
Nos mata al final´.
Unos minutos menos… ¿quién te acusa?
Allá dirán.

Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte
que a las espaldas va.
Bebiste bien, que luego sonreías...
Allá dirán”.*
El mendigo lo guardó entre sus harapos. Al otro día, los diarios informaban que la poeta Alfonsina Storni se había suicidado.



*Sabato, Ernesto. Alfonsina Storni: Antología Poética. Buenos Aires, Editorial Losada, 1998, pág. 258.

**Fue otorgado a este cuento el 2do Premio del Concurso Literario "Las Mujeres del Bicentenario", organizado por la Escuela Superior de Formación Docente N° 102, el 3 de noviembre de 2010. El jurado estuvo integrado por los profesores Guillermo García, Dietris Aguilar, Miriam Boyer y Ana María  Abrea.

FOTOS: ALEJANDRA ARES OTERO Y ROCÍO TROYÓN.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Poema 17 --- Liliana Lukin



He deseado estar aquí y mi deseo
me enseña que si busco
la repetición del motivo
en el lugar del hecho, cruel
y el acecho aguarda como un virus
el placer de volver a ese lugar.

Como un virus ese deseo da
fiebres, alucinación, da lo buscado pero
se infecta de su propia desazón:
cada poema es un viaje hacia el desvelo
y el cuerpo sabe y grita por el eco
de una reparación a ese desierto.



Fuente: Teatro de Operaciones: Anatomía y Literatura.


sábado, 30 de octubre de 2010

Dolor --- Alfonsina Storni





Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;

que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.

Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar

con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.

Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;

ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;

ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;

pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;

ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...

Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:

y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.

FOTO: ROCÍO TROYÓN.

viernes, 29 de octubre de 2010

Si siempre vos fuiste mi faro en la ciudad

Duda existencial I

Una ducha tibia me ayudó a comprender una de las posibles causas del agudo malestar que me aqueja en estos días raros: mi problema es la falta de comprensión sobre eso del modelo latinoamericano
 ¿Estamos hablando de Lula, Chávez o Evo Morales?




jueves, 28 de octubre de 2010

Hipoclorito sódico


Sobrevivir en esta selva no es tarea fácil como no fue fácil asumir que ese asunto sería sólo mi responsabilidad. Pero debí hacerlo, como todo en este desolado ecosistema repleto de verde y animales exóticos, obligada por una serpiente que me inyectó su veneno cuando dormía junto al árbol. Pero no supe que era venenosa hasta que empecé a sentir que se deshacía mi alma cuando caminaba hacía el río para enjuagarme la cara. Se deshacía lentamente como si cada gota incolora y con sabor a sal fuera hipoclorito sódico. Daba cinco pasos y el río se alejaba otros cinco, se hacía inalcanzable; mientras las lágrimas brotaban acompañadas por una respiración entrecortada. Entonces decidí detenerme y descansar, atribuyendo el aturdimiento a la noche de insomnio provocado tras la interrupción del animal rastrero. Me senté entre los cañaverales, tapé mis ojos con las manos llenas de tierra y su olor refrescante me perforó el pensamiento hasta dejar mi mente en blanco. Por un instante eterno, me olvidé de la víbora, del veneno, de mi alma y del río. En mi imaginación apareció esa imagen que me llevó a jugar el juego de la selva para olvidar, para olvidarte, para entender que sobrevivir acá no es tarea fácil como no fue fácil asumir que ese asunto sería sólo mi responsabilidad. Apareciste vos, alejándote como el río. Cada paso de mis pequeños pies era un paso de los tuyos, cada mirada implorando silencio era una palabra de tu boca que atravesaba mi memoria como un doloroso recuerdo, cada intento para alcanzarte con mis manos era tu cuerpo dándome la espalda sin razón. Apareciste vos, alejándote como el río mientras mi alma se deshacía con cada lágrima.

lunes, 25 de octubre de 2010

Amarte exageradamente


Amarte exageradamente,
con el alma y la mente
y sentir que, de repente,
no sobra darte la vida.

Porque es dolor exagerado
lo que sufre mi corazón
cuando siente, de repente,
que cercana es tu partida.

Y vuela libre la golondrina
como el viajero cuando anochece
y siente que, de repente,
la oscuridad es melancolía.

Así en silencio y sin prisa
espera mi corazón enamorado
cuando siente, de repente,
que es viajero o golondrina.

Porque amor que no espera
no persevera por impaciente,
vale menos, dice la gente,
es un amor de primavera.

domingo, 24 de octubre de 2010

Las 5 W


De pronto, ya no te vi. Desapareciste. Te hiciste invisible como las hojas del otoño que vuelan sin rumbo. Nunca más te cruzaste en mi camino. Llegó la primavera y tampoco regresaste. ¡Vaya a saber tu santo qué destino te deparó esta vida! Si pudiera volver el tiempo atrás diría que nada quedó por decir. Aunque es sabido que a mujer de palabras siempre le queda algún reproche en el tintero. Y a pesar de que los días pasan más felices que ayer, me gustaría saber cómo estás y entender lo que pasó ahora que no hay nosotros. ¿Qué fue de ese amor que sería eterno? ¿Dónde quedó el mundo que inventamos? ¿Cómo se deshicieron las promesas sin hechizos? ¿Cuándo se fue el encanto de aquellos besos? ¿Quién dijo que el dolor es amigo del olvido?


sábado, 23 de octubre de 2010

El cuento --- Jorge Romeira


El fútbol es un arte. Argentina es uno de esos pocos países, junto con Brasil e Inglaterra, sinónimo de fútbol. El fútbol enamora al hombre, el hombre enamora a la mujer, ¿la mujer es celosa del fútbol?, en fin, la mujer y el hombre pueden amarse y amar a este tercero por igual. ¿Habrá un setenta por ciento de seres humanos en este país que, hipnotizados, fin de semana tras fin de semana “sufren” y disfrutan con las desventuras y desamores que este deporte les ofrece?, seguramente. De lo que estamos seguros es que hay un porcentaje menor, lamentablemente, que sufre y disfruta de otro arte. Ese sector existe, hay muchos que creen, de corazón, que la Argentina al mundo no es solamente Diego Maradona, es su literatura. Sábato, Borges, Bioy, Cortázar, son nombres de “nenes” que atraviesan el cerebro de lectores en todo el mundo (o casi), grandes autores que no pueden faltar en aquella biblioteca que se digne de llamarse así. Y dentro de la Literatura Argentina hay un género que destaca por encima de todos. Un género fugaz, como un beso robado, mi género preferido: el cuento. No hay muchas literaturas occidentales como la nuestra que han dado tanta fuerza y destreza al relato corto, logrando muchos de ellos la maestría, algo que maravilla al lector y recela al aprendiz de escritor.

Jorge Romeira

viernes, 22 de octubre de 2010

Diálogo entre una paciente cabizbaja y un licenciado en Elogios‏




-Hola, vengo de parte del Dr. Subasu Autoestima, ¿es acá?
-Sí, sí, pase señora.
-Permiso. Usted es… Andrés…
-Andrés Catanzaro. Cuénteme, señora, ¿qué anda pasando?
-Bueno, es que… es que me salió un grano en la frente y hoy tengo una cita.
-Ah, bueno, ¿y cuál es el problema con el grano?
-¿No lo ve, hombre? Mire bien. Creo que se me está saliendo lo poco de cerebro que me queda por ahí.
-Bueno, sí sí, claro que lo veo. Pero señorita, ¿Me permite que la llame señorita?
-Sí, claro, doctor. Usted es el especialista. Haga lo que sea necesario para que se vaya este horrible forúnculo de mi frente. Me dijo el Dr. Loresuelvo Todo que usted es licenciado en Elogios, ¿No? Qué erudito debe ser…
-Sí, sí… licenciado en Elogios, doctorado en Massachusetts. El Dr. Todo es una eminencia, siempre se lo he dicho. Bueno, señorita ¿Me permite que le diga señorita, verdad?
-Sí. Además, si tengo una cita es porque no estoy casada, doctor.
-A mí me parece que el grano está bien ahí donde está. ¿No le han dicho en la calle lo bien que contrasta con lo profundo del negro de sus ojos?
-No, nadie me dijo nada…
-Yo creo que lleva usted el grano con una entereza propia de las reinas de otros tiempos.
-Ayyy.
-Bueno, permítame que se lo diga, señorita. Si me permite, claro, que le diga señorita.
-Me hace sonrojar, doctor. Pero a mí me parece que es bastante desagradable a la vista este grano. Quizás pueda recomendarme alguna crema. Una amiga me sugirió ponerme una curita.
-Cuando usted se sonroja, señorita, hace que el grano parezca un hermoso girasol en un campo de rosas rojas.
-Gracias, doctor. Entiendo que usted es el que sabe acá.
-No agradezca, señorita. La honestidad no es una virtud. Es una obligación. ¿Me permite llamarla, señorita?


FUENTE: De la Compañía Nórdica Titubeante de Idiotas y Genios Ocultos (C.O.N.T.I.G.O)